Nota encontrada en: http://www.slideshare.net/mauark/edificio-ermita-presentation
(Esta es la imagen de lo que había antes en el lugar donde ahora se encuentra el edificio ermita)
ANTECEDENTES
El edificio ermita, que es uno de los edificios mas importantes del periodo premoderno, se encuentra en una de los barrios mas antiguos y transitados de la ciudad, siendo este lugar de los mas deteriorados, debido a una de las activadades mas comunes que es el comercio. Cabe mancionar que la zona alberga edificios importantes como son la casa luis barragan y edificio ermita
En el terreno donde hoy se encuentra el Edificio Ermita mide en total 1390m2, y estuvo ocupado en algún momento por una capilla, propiedad de la familia Mier y Pesado –de ahí viene el nombre del edificio.
La construcción de este edificio comienza en 1929 y se concluye en 1935. El costo total de la obra fue de 712,579 pesos oro, lo que representaba una inversión considerable, pero de acuerdo a lo relatado en el documental de Felipe Morales, esta lujosa construcción recaudaría una renta mensual de 15,980 pesos oro.
CROQUIS DE LOCALIZACION EJE 4 SUR AV. REVOLUCION. AV. JALISCO
La ubicación de este terreno era extraordinaria, y la zona era a comienzos de siglo, un lugar privilegiado, por lo que la fundación Mier y Pesado, consideró este espacio para desarrollar una obra inmobiliaria que les remunerará en lo económico. Por tal razón a finales de los años veinte, le encargan al arquitecto Juan Segura que desarrolle un edificio que pudiera albergar locales comerciales, un cine y departamentos lo que impulsaría el valor que ya de por sí tenía el predio.
La solución arquitectónica se ajusta perfectamente a los requerimientos de la familia Mier y Pesado, pues en la planta baja se ubican los locales comerciales, así como una sala de cine-teatro [que fue inaugurada en 1936 como el cine Hipódromo Condesa] que tiene capacidad para un poco más de 2500 espectadores y los departamentos, a los que se accede ya sea por el elevador o por las escaleras. 78 son los departamentos que conforman el edificio Ermita, pero de éstos, 66 tienen recibidor, una recámara, cocina y un baño con tina. Los otros 12 son un poco más amplios pues tienen sala y comedor, cocina, dos recámaras, baño con tina y un cuarto de servicio con baño. Los departamentos son Art-deco y los acabados en todos ellos son los mismos: mosaico, madera, y duela.
La composición de las fachadas es sencilla y elegante, en ella el arquitecto utilizó algunos acentos para enfatizar la verticalidad del edificio. El equilibrio entre los claro oscuros son los que le otorgan plasticidad a la masa. El carácter del edifico es muy claro y cada una de las zonas que lo conforman pueden leerse de manera muy sencilla
Podemos considerar a esta obra como una de las más sobresalientes de comienzos del siglo XX, primero por el desempeño plástico, segundo por la integración espacial y tercero por la solución constructiva que propuso el arquitecto. La calidad de la obra es indiscutible, pero la originalidad es quizá uno de los rasgos más importantes.
El proyecto fue innovador ya que en el se aplicaron materiales y tecnologías de vanguardia, además de que la conformación del espacio y las plantas resultaban excepcionales. Esta obra propone una estética nueva y propia, lo que le otorga independencia expresiva, pues a diferencia de las obras desarrolladas por algunos de los arquitectos más importantes de la época ésta se desarrolla fuera del funcionalismo y del movimiento nacionalista. Por sus extraordinarias características, el Edificio Ermita es sin lugar a dudas una lección de arquitectura. Este fue el primer edificio de usos mixtos de la modernidad en México, en el que se mezcló, las funciones de cine -el Hipódromo-, comercios en planta baja y habitación en los pisos altos. Los departamentos de este edificio son verdaderas joyas de las que sus ocupantes no quisieran desprenderse en la actualidad. Era un edificio adelantado a su tiempo.
La distribución se ordenaba alrededor de un gran espacio central cubierto con una estructura de acero y cristal, sobre el cual abrían los corredores de comunicación con los apartamentos sobre el alineamiento, disposición semejante a un hotel para turistas. En el interior, casi todos los apartamentos disponían de una reducida superficie y estaban desprovistos de cocinas; constaban únicamente de una o dos piezas y baño. Sólo los dos apartamentos de mayor superficie, dispuestos en la punta de la cuña, disponían de cocina. El edificio Ermita por ejemplo, estaba concebido como una vivienda para colectivos específicos: parejas sin hijos o solteros.
Punto A – Punto B 36 m. aprox. Punto B – Punto C 74 m aprox. Punto C – Punto D 6m aprox. Punto D – Punto A 76m aprox.
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Según crónicas de la época, los habitantes de Tacubaya (que para ese entonces ya formaba parte del Distrito Federal), miraban con malos ojos la construcción de aquella mole gris, que crecía por sobre las viejas construcciones de grandes ventanales y peanas, cornisas y portones de madera. El Ermita, un rascacielos para la época, transformó para siempre la imagen de la ciudad. Si antes el arco del triunfo de la familia Mier remataba el camino que venía desde Chapultepec hacia la villa de Tacubaya, ahora el Ermita se levantaba, imponente, solamente rebasado por la cordillera del Ajusco. Obedeciendo a sus clientes de la Fundación Mier y Pesado, Juan Segura debía ante todo, generar ganancias con sus proyectos para financiar las obras de caridad emprendidas por la fundación. El inmenso terreno, más grande que la Alameda central, que nacía en la unión de las avenidas Real y Calvario hasta la calle de Martí, obligó a Segura a tomar una serie de decisiones que afectarían la historia de Tacubaya y de la ciudad de México: primero, cedió al municipio una extensa franja del terreno para ampliar la calle del Calvario, hoy Avenida Revolución, de 8 a 20 metros abriendo una profunda cicatriz, que como la gangrena que invade los huesos, fue extendiéndose sobre casi toda la superficie de Tacubaya. El programa del edificio es una demostración de la audacia de Segura y de su amplio conocimiento de la arquitectura moderna. Consta de 3 tipos de viviendas: los estudios para una persona, otros de dos recámaras y los más grandes de tres, zona comercial en la planta baja y un cine. Según Toca Fernández “antes que Le Corbusier, Segura incorpora al edificio la idea de servicios y entretenimiento para los habitantes” aunque, a diferencia de las unidades habitacionales del arquitecto suizo-francés, los espacios comerciales y de esparcimiento, sólo están disponibles para los habitantes de las unidades.
Juan Segura aprovecha la “Y” que forman la avenida Revolución y Jalisco (antes calle Real) y proyecta el edificio a partir de una planta trapezoidal que se esfuerza por parecer un triángulo, y cuyo lado más estrecho —que es justamente el lado que se observa al recorrerse Revolución de norte a sur— se convierte en la fachada más importante de la obra, la más vistosa. Actualmente, el edifico se aprecia desde el paso a desnivel que divide Constituyentes de Pedro Antonio de los Santos. Esta fachada ciega (con excepción de un ósculo rectangular, que según el proyecto original llevaría un reloj), orientada hacia el norte, fue resuelta por medio de estrías verticales. El manejo de estas estrías se obtiene del desdoblamiento de una columna dórica, lo que acerca al edificio con la arquitectura clásica.
Gracias a su forma trapezoidal, el edificio Ermita revela al observador tres de las cuatro fachadas que lo componen. Las dos fachadas laterales (oriente y poniente respectivamente) son aprovechadas por Segura para iluminar los 52 departamentos del conjunto. En el espacio que corresponde al cine y que ocupa ambas fachadas, Segura, por medio de molduras y remetimientos, resuelve el gran macizo resultante, y por medio de unas placas metálicas que se asemejan a los triglifos del templo griego, y que no son adornos típicos del decó, Segura indica al observador la presencia de nueve armaduras de acero que soportan un mismo elemento con dos funciones: el techo del cine y un gran patio en el cuarto piso del Ermita.
Por increíble que parezca, un gran patio triangular funciona como área común y centro de actividades y roces sociales. En sus primeros años de funcionamiento, este espacio, vacío en la actualidad —lo que ciertamente le quita escala— estuvo amueblado. Mesas, lámparas y sillones hacían cómodo y funcional este gran lobby o recibidor, donde la gente, si así lo deseaba, recibía a sus visitas.
El elevador es en sí mismo una pieza fundamental, no sólo por el servicio que brinda, sino por sus características. Fabricado por Otis, después de 77 años, se conserva prácticamente entero. Debe ser operado por una persona, quien tiene la obligación de cerrar la rejilla en forma de rombos y por medio de una manivela, semejante a la que se usaba en los barcos antiguos para comunicarse con el cuarto de máquinas, subir o bajar la cabina.
El Edificio Ermita, que se halla en la confluencia de las avenidas Revolución y Jalisco, en Tacubaya. El edificio es joya arquitectónica del art decó. El Ermita, obra del arquitecto Juan Segura, es un edificio de ocho pisos, uno de los primeros rascacielos de la ciudad. Es plurifuncional, con locales comerciales en la planta baja; alberga, además, un cine, el Hipódromo, que contó con el primer sistema sonoro en la República Mexicana.
Mauricio Castro + FOLLOW